Y Tú, Lejana
¡
Y yo, …perdido!
Soñando
en encontrarte
entre
los pliegues de mi cama,
herida
aún de tu ausencia.
Si
pudiera por un instante,
dar
tregua a mis pensamientos…
¡detenerlos!
¡desplazarlos!
¡tirarlos
al olvido infinito!
Y
sólo conservar tu recuerdo perpetuo
y
por siempre, en mi memoria enclaustrado.
¡Qué
miedo, Dios mío, de perder tu nombre!
De
no recordar tus pechos en mi boca,
sedienta
de tus pezones
y
amamantada de mis lágrimas.
Y
que tu luciérnagas empañadas en llantos,
no
encuentren a las mías reflejadas
en
esta temblorosa mirada
¿Dónde
esconderte del olvido?
¡En que recóndita habitación de mi
corazón ocultarte!
Y si supiera que cerradura o puerta
inexpugnable.
Te guardara de tal ladrón…
ahí,
mi amor,
confinarte.
Y así,
amor mío,
apartarte
y alejarte
y que los días,
preñados de vanos,
no
te encuentren,
y luego,
cuando
lleguen mis noches,
hallarte
y
amarte
y
poseerte en mis olas…
y
otra vez…guardarte.
José Rodríguez Banda
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