Transgénicos
Parece ser
que los productos químicos nos han penetrado en la sesera, de tal manera que
nos gusta vivir bajo el agobio que nos produce tener que declarar a hacienda
por tener dos pagadores; el de la empresa que nos contratara durante tres meses
obligándonos a realizar a su merced más horas que un tonto y luego te manda a
la puta calle, y el paro. Y mientras
tanto dejamos a nuestros hijos con los abuelos porque no podemos pagar una
guardería o cuidarlos. Cuando estos deberían disfrutar de su vejez y pensión,
quienes la tengan, claro. Que nos mola entrar en una lista de espera de meses
para tratarnos un cáncer.
Que nuestros
hijos no puedan ir a la universidad porque se ha diseñado para los hijos de los ricos que sacan buenas notas a ¿ golpe de talón...?. Sin tener ni idea (estos los
ricos, Sí) que el talón es una parte del cuerpo que está en el pie. Total para
que lo van a saber si ellos no tienen durezas, de estar todo el día de pie
currando. Son listos estos ricos, su talón…tiene forma alargada.
Que es muy
romántico ver la televisión envuelto en una mantita en el sofá en invierno sin
calefacción, total no pasa nada si no podemos pagar la luz o el gas. Nosotros
somos transgénicos y hemos mutado bajo las órdenes del miedo.
En fin,
tengamos cuidado con estos productos por que el verdadero miedo puede caer en
forma de cagada desde el cielo a través de gaviotas azuladas en los ojos, y corroernos las corneas. Y sí, cuando
notemos que estamos ciegos y no distinguimos un pijo ni el blanco del negro . Entonces Tened miedo. La
oscuridad campara a su anchas y tampoco nos hará falta respirar. Seremos
auténticos transgénicos.
Emilia Díaz
Banda