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viernes, 16 de diciembre de 2016

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Fue en la cima de los vientos, donde te encontré dormido. Mis manos te acariciaron, pero tú…seguías soñando…
Me desperté con el alba y el cielo estaba encendido.

Emilia Díaz Banda.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Cuando la poesía  es color. Pinto,  pinto lo que llega a mis  sentidos y cada una de mis  pinceladas se convierte en un maravilloso juego de trazos, de luces, de sombras,  de belleza y mi lienzo en blanco cobra su propio protagonismo. Expresar lo que llega a la paleta de mis sentidos...La belleza del alma.

 Mirada de la Poeta María  Guivernau.


Oleo sobre lienzo.

Emilia Díaz Banda.





sábado, 5 de noviembre de 2016

Transgénicos 

Parece ser que los productos químicos nos han penetrado en la sesera, de tal manera que nos gusta vivir bajo el agobio que nos produce tener que declarar a hacienda por tener dos pagadores; el de la empresa que nos contratara durante tres meses obligándonos a realizar a su merced más horas que un tonto y luego te manda a la puta calle, y el paro.  Y mientras tanto dejamos a nuestros hijos con los abuelos porque no podemos pagar una guardería o cuidarlos. Cuando estos deberían disfrutar de su vejez y pensión, quienes la tengan, claro. Que nos mola entrar en una lista de espera de meses para tratarnos un cáncer.
Que nuestros hijos no puedan ir a la universidad porque se ha diseñado para los hijos de los ricos que sacan buenas notas a ¿ golpe de talón...?. Sin tener ni idea (estos los ricos, Sí) que el talón es una parte del cuerpo que está en el pie. Total para que lo van a saber si ellos no tienen durezas, de estar todo el día de pie currando. Son listos estos ricos, su talón…tiene forma  alargada. 
Que es muy romántico ver la televisión envuelto en una mantita en el sofá en invierno sin calefacción, total no pasa nada si no podemos pagar la luz o el gas. Nosotros somos transgénicos y hemos mutado bajo las órdenes del miedo.
En fin, tengamos cuidado con estos productos por que el verdadero miedo puede caer en forma de cagada desde el cielo a través de gaviotas azuladas  en los ojos,  y corroernos las corneas. Y sí, cuando notemos que estamos ciegos y no distinguimos un pijo ni el blanco del negro . Entonces Tened miedo. La oscuridad campara a su anchas y tampoco nos hará falta respirar. Seremos auténticos transgénicos.



Emilia Díaz Banda 

lunes, 31 de octubre de 2016

Noche oscura
Golpea la lluvia
sobre mi ventana.
Es esa noche oscura
que me atrapa,
un sentimiento vacío
que retuerce mis
entrañas
Se instala la nube negra
sobre mi almohada,
vela mis sueños
descalzos de
sábanas solitarias
Caballo negro
con alas,
que relinchas
en mi puerta,
deja que contenga el aire
antes de darte respuesta
Vela candente en mi mesa,
derrítete con la espera,
deja pasar al alba
que aclare esta oscuridad
y me traiga buenas nuevas
Emilia Díaz Banda de "Los azules del tiempo"




¿Cómo describir el agua… cuando juega con tu espalda?
Me falta la voz de tu boca, tus manos  sobres mis nalgas.
 Me derrito entre sudores que no consuelan mi alma.
¡Quiero acariciar tu cuerpo, desvanecerme en tu alma, quiero retener tu piel fundida entre mi mirada!
¡Qué mis pechos se derritan bajo tu boca  templada, y que me acaricie el viento en esta noche callada!
¡Qué mis sedas se evaporen en la orilla de tu cama y  mis medias de bordados resbalen en tu mirada!
Déjame quemarme  en ti…y cuando el sol me reclame que solo encuentre mis ascuas.


Emilia Díaz Banda  

domingo, 16 de octubre de 2016

Sigo, sigo leyendo el libro Helena Cosano II "Teresa la Mujer", en los huecos en que dejo secar las veladuras de un rojo inglés y amarillo napoles, que estoy dando a la mirada de la niña que intento pintar en mi lienzo. Esa mirada sutil, transparente, limpia, pura como el agua que nace de un manantial. Y me entrego a la lectura. No soy lectora habitual, pero los pocos libros que han leído mis sentidos, sí, digo mis sentidos, porque en ellos como en el libro Helena Cosano, puedo percibir, olores, frío, calor,alegría, llanto, desesperación...un sin fin de emociones suficientes, para atrapar mi interés.
En el caso de " Teresa la Mujer" , no salgo de mi asombro, al ver como su escritora define con tan exquisita sensibilidad, los sentimientos de otra mujer. Quizás sea porqué ella también es mujer y va más allá de la vida de una santa. Hacia unos abismos en el que el ser humano se enfrenta consigo mismo, esos abismos que pocos se atreven a reconocer por temor a mostrar sus miedos, sus dudas, sus indecisiones, sus vergüenzas, sus deseos más íntimos, su fragilidad.
Esos abismos que habitan en el interior de cada uno de nosotros.
Y sigo...sigo leyendo a "Teresa la Mujer".
Emilia Diaz Banda.

viernes, 14 de octubre de 2016

Reflexiones
Para gusto se hicieron los colores. Cuando era niña adoraba el verano, los juegos en las calles de mi pueblo tapizadas de pedernal, mezclados con olor a mierda de las vacas. Jugábamos hasta el anochecido , mientras las abuelas se sentaban con sus sillas en la puertas de las casas y comentaban o cuchicheaban las historias del día. Luego crecí y me fascinaba el invierno, el calor de la cocina de carbón que precedía a las navidades.
Seguí creciendo y mis huesos comenzaron a desear la primavera y la fragancia de sus flores. Ahora que ya estoy muy crecida. Me inclino por la eclosión de colores que despierta en las ramas de los árboles, naranjas, verdes, amarillos, rojos y ocres el otoño y su destellos de luz en en cielo y su olor a tierra mojada. Aunque sé que le precede el invierno y con él, el frio que cala en mis huesos. Y por supuesto la factura de la calefacción, la luz y el agua caliente...y en fin.¡ Qué para gusto se hicieron los colores!
¡Me pido el Otoño! ¡me pido el otoño!
Emilia Díaz Banda 
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viernes, 15 de julio de 2016

Rompo mi silencio "vacacional" en este medio. Para gritar alto y claro. ¡Qué siento una enorme tristeza mezclada con asco! Al ver como los medios de comunicación manipulan y divulgan las muertes con gran asombro y "dolor..." dependiendo del país donde se produzcan. Mierda para todos ellos. La vida del ser humano tiene el mismo valor en cualquier parte del mundo, sea del color que sea. 

Emilia Díaz Banda

sábado, 7 de mayo de 2016

Paletos con migas…
Hoy he vuelto a recordar que soy hija de unos paletos maravillosos. Sí, de unos paletos los cuales apenas pudieron ir a la escuela, bien porque tenían que cuidar de sus hermanos pequeños mientras sus padres (mis abuelos) araban el campo de terratenientes o servían las mesas de los señoritos, para poder llevar un trozo de pan a la boca de sus hijos o bien porque a la escuela solo asistían los que no les sonaban las tripas por hambre.
De paletos donde comían todos alrededor de un perol, unas maravillosas migas extremeñas, que casualmente hoy han pasado de ser comida de pobres a formar parte de la carta de los mejores restaurantes de ciudad. Eso sí, no aptos ni física ni económicamente para paletos.
Siento curiosidad y como yo de pequeña, fui una estudiante pésima, en la que solo me veía atraída por los trabajos manuales y la pintura. Decido ver en el Diccionario de la Real Academia Española la definición de paleto:
1. adj. despect. Poco educado y de modales y gustos poco refinados. U. m. c. s.
2. adj. despect. Dicho de una persona: Rústica y sin habilidad para desenvolverse en ambientes urbanos. U. m. c. s.
Y no salgo de mi asombro cuando veo que unos maravillosos paletos como eran mis padres, me enseñaron a lavarme las manos antes de comer, a dar los buenos días y buenas noches, a no levantar la voz a nadie, a respetar tanto lo mio como lo de los demás, a ser humilde y hacer las cosas de corazón, a desenvolverme en ambientes urbanos , donde me cruzo diariamente con gente sin recibir unos buenos días, donde si me descuido me empotran contra la pared de un vagón de metro para que los hábiles de ciudad se aseguren un asiento en el. Sí, señores, soy hija de paletos y nacida en pueblo, luego también soy una paleta y a pesar de llevar casi toda mi vida en la ciudad, Adoro decir que soy de pueblo. De un maravilloso pueblo extremeño donde las migas se siguen cocinando y comiendo en perol.
Bueno, como diría mi madre… no te preocupes hija -“El tiempo lo pone todo en su lugar”- Y yo que soy muy bien manda, acabo de acordarme que hace tiempo guarde una botella de vino en su lugar, la cual voy a descorchar ahora mismos y brindaré a la salud de todos vosotros.
Emilia Díaz Banda

                                                    


El baile de los locos.

Bailan los locos con su infinito soñar.
Sus cuerpos destartalados de tanto forcejear. Entre muros atrapados.
No cesan el movimientos de su incansable bailar, unos bailan agarrados, cuerpo a cuerpo sin pensar; otros, en sillas sentados, con sus correas de atar.
Aquellos que bailan solos, con las rejas de su hogar, quieren bailar en el aire, quieren volar y escapar de su continua locura, porque ellos locos no están.
¿Acaso son locos, los cuerdos y no los locos de atar...?

Emilia Díaz Banda 

Los olvidados.

Escucho, leo ,veo .Sentimientos sobre el Amor; desamor, erotismo, política, corrupción, guerras, y de más cosas de la vida...Pero donde hemos dejado a los olvidados. Esas personas que nos parieron, que un día se fundieron en uno solo para darnos la vida y de las cuales sólo escribimos o nos hacemos eco en un día de la madre o del padre. 
¿Dónde están los relatos de la tenue luz de sus miradas...ahora ya apagadas? 
Nadie hace una película sobre ellos, ni escriben, ni cantan Ni pintan.
La vejez...los jardines del olvido.
Pues yo me niego y pintare sobre ellos. Los olvidados en el Arte que nos enseñaron a vivir.
Acordaros que nosotros también seremos olvido.... será duro.
Emilia Díaz Banda 




viernes, 15 de abril de 2016



El niño mirón.
El niño mirón imagina nubes desde su balcón.
Nubes coloradas, verdes, azuladas.
Dibuja un sol de estelas moradas, estrellas con lunas, noches plateadas.
Caen destellos sobre su ventana. Arco iris blanco sobre su colchón, no puede ver nada el niño mirón.
¡ Vuela mariposa a su alrededor!
Dile tus colores al niño mirón, que imagina nubes desde su balcón
Emilia Díaz Banda

jueves, 10 de marzo de 2016

La costilla de Adán

Nunca he leído la biblia. Pero sí me toco aprenderme el catecismo de rodillas con los brazos en cruz y las palmas de mis  manos soportando el peso de una religión que se supone me formaría, como una persona digna para entrar en los cielos y sentarme a la derecha de Dios.
Una religión que ya apuntaba directamente a la mujer como causante  del pecado original. ¡Oh, Maldita mujer pecadora ¡ Causante de los males de la humanidad, que osaste desobedecer a un Dios que creo a un hombre a su imagen y semejanza. Y todo por ofrecer a un Adán un fruto tan exquisito y saludable como lo es una manzana. De hecho yo suelo comerla muy a menudo y la cocino de varias formas, en Internet hay infinidad de recetas pero hoy decidí copiar y pegar los ingredientes de como un Dios cocino el pastel de manzana y creo la confusión  y diferencia entre el hombre y la mujer.
Cuando Yavé da el mandato de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal sólo se lo da al hombre, pues aún no ha creado a la mujer.
Génesis 2:16: El Señor Dios dio al hombre este mandato....
Luego, después de crear a la mujer, la serpiente pregunta a la mujer y ésta le dice:
Génesis 3:2-3: De todos los árboles podemos comer, pero del que está en medio del jardín nos ha dicho Dios que no comamos, bajo pena de muerte.
Pero el autor de la narración cuenta que Yavé le había dicho al hombre que del árbol que no podía comer era del otro, el de la ciencia del bien y del mal.
Génesis 2:16: El Señor Dios dio al hombre este mandato: "Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero de árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás....

No creo en ninguna Religión donde exista un Dios que consienta guerras, muertes, violaciones, vejaciones…y así podría seguir y no parar. Contra las mujeres o cualquier ser humano.
En fin…llego a la conclusión y  a los hechos me remito.  Que yo he sido creada a partir de la fecundación de un espermatozoide, en este caso el de mi Padre, dentro de un ovulo en el interior del útero de una Mujer, mi Madre. Y que las costillas masculinas o femeninas, sigan siendo tan solo una protección hacia los pulmones y el corazón.
Y seguiré Gritando como mujer todos los días de mi vida, no en contra de los hombres. Pero  sí, en contra de todos aquellos  Hombres y mujeres que aún justifican, que la mujer es inferior y como tal hay que tratarla, pegarla,  amenazarla, violarla, vejarla, insultarla, mutilarla, destruirla y matarla.
Recuerden…las mujeres parimos sin distinción de sexos.

 Y como alguien dijo... ¡AMEN! Sin acento.

Emilia Díaz Banda.
Gritos de Mujer


sábado, 5 de marzo de 2016

Exposición del III Concurso de pintura con perspectiva de género:
MUJERES, LA OTRA MIRADA



En la "Casa Museo Julio Escobar" de la Localidad de Los Molinos
Con el Alcalde y  las Concejalas de Cultura y Servicios Sociales. 
En la entrega de los premios de pintura de 2016 "Mujeres, la otra mirada"


viernes, 4 de marzo de 2016

2 de marzo 2016. Biblioteca Eugenio Trias, antigua Casa de Fieras del Parque del Retiro.
"Gritos de mujer"
Flores del Desierto
Hoy mis pulmones se oxigenan de nuevo. Esta vez dentro de una biblioteca, donde el silencio se transforma en "Grito de Mujer" y suenan palabras dulces, delicadas, palabras que desgarran los sentidos pero sin dejar marcas, palabras que emocionan...palabras que no dañan.
Hoy la poesia se ha hecho mujer y he pintado en mi mente, a madres, hijas, abuelas, a flores cargadas de semillas. Hoy la Casa de Fieras del Parque del Retiro, huele a primavera.
Y pienso...
¿Quién mirará sus ojeras verde violeta?
¿Quién sentirá su piel dañada por la violencia?
¿Quién tenderá las manos para que nunca ocurriera ese desgarro del alma entre cuatro paredes, si sordas no fueran?
¿Acaso tú las tendieras si vieras que en tu interior algo de ella se muriera? Cuando vieras que sus ojos de lágrimas se cayeran; cuando las vieras tendida en un rincón de la acera, encogida entre sus huesos y el alma llena de pena.
¿Acaso tú las tendieras...?
EN LA EXPOSICIÓN DE MUJERES POETAS Y ARTISTAS PLÁSTICAS "GRITO DE MUJER" "FLORES DEL DESIERTO"
MADRID 4 DE MARZO DE 2016



No es el plano estético ni la belleza de un ángulo facial lo que busco cuando me enfrento al lienzo, ni ello tiene demasiada importancia porque sé más de lo que no busco que lo que busco. Lo que realmente me sorprende y me motiva es lo que encuentro cuando mi mirada se cruza con otras…o, ¿son ellas las que me encuentran? No sé. He pretendido esbozar las miradas de esas mujeres que no tienen voz;  incluso he visto algunas que ni siquiera tienen rostro, y otras que ni siquiera existen.
¡Seguramente mi próxima meta será pintar a mujeres invisibles!...podría ser la culminación de esta obra y un gran reto, pero eso… ¿Cómo se hace?
Hoy están aquí a un lado de la pared las que luchan por existir y quieren mirar, pueden mirar, deben mirar, incluso aunque a las más  temerosas haya que robarles la mirada.
Nos miran con miradas abiertas, penetrantes, febriles, generosas, conmovedoras; en un silencio elocuente que lanza  el grito profundo de la tierra acallado en su mutismo de siglos de sumisión, de incomprensión, de soledad, de aceptación de lo inaceptable, de renuncia a su propio yo.
Sus miradas explícitas logran por si mismas que nos avergoncemos de  mirar hacia otro lado y que nos sintamos cómplices de sus tragedias, como la de Safiya que estuvo a punto de ser lapidada o como el tema de las “niñas madre”,  que desde muy pequeñitas tienen que cargar con su hermanos y   ejercer de madre a todos los efectos o de las que se ven azotadas por  la guerra como ” La mujer somalí” con la desgarradora historia, de haber tenido que elegir a qué hijo salvar  o “ La mendiga de la calle Carretas “que carece de piernas y permanece sentada  diariamente en el frio suelo del asfalto.
Estas son las que sufriendo a diario la injusticia y desigualdad, luchan por defender su dignidad como personas y como mujeres; pero para lograr algo tan legítimo, aún les queda un largo camino por recorrer, y lo están haciendo de la mano de las mujeres que miran desde la otra pared, con miradas menos inquietantes, más seguras y confiadas, pues son las únicas que les pueden allanar el camino y mostrar los atajos, porque ya lo transitaron durante siglos y al fin se encuentran a punto de alcanzar la meta en sus últimas reivindicaciones: ¡Equiparación con el varón en salario y puestos de responsabilidad. Vida laboral y familiar, que aún viciada por la desigualdad, hace que la mujer trabaje muchas más horas que el hombre en el hogar y en su trabajo y la erradicación de la violencia de género!!!...algo tan utópico para tantas mujeres. 
Pero todas ellas capaces de transformarse en el mismo plano, en miradas de superación, hacia adelante, limpias y sin atisbo de rencor ni venganza. Con la generosidad del que ya no tiene nada más que perder, auténticas  historias de superación.
Es muy importante que nunca, nunca, dejemos de mirar… mirar para ver… ver lo que realmente se esconde detrás de cada mirada.


Emilia Díaz Banda