Translate

martes, 16 de mayo de 2017








Yo, soy viento
Relatos

Después de las compras



EL CHAQUETAS (I )

Eran las diez y media de la noche cuando llegamos a la discoteca. Esta vez, Clara se había asegurado que las tuercas las traíamos apretadas de casa.
-¿Dos entradas, señoritas?
Me encantaba escuchar aquella palabra.
-Sí, por favor.
Nada más entrar nos dimos cuenta de que este local sí era apto para nosotras. Nos dirigimos a la barra y pedimos dos  Gin-Tonic. Sin embargo, había algo que fallaba... ¿Dónde estaba la gente?
-Clara, este sitio está muy bien, pero aquí no hay ni Dios.
-Es verdad; esperemos que se vaya animando a lo largo de la noche. La gente seguro que sale más tarde.
-¿Qué hora es?
-Son... las 22:30.
En seguida nos dimos cuenta que éramos las primeras en abrir la noche. La segunda noche que salíamos de copas y allí estábamos como dos pavas a medio pelar, sentadas en la barra del bar con nuestras copas, unos cacahuetes salados y las bolsas de las pollas sintéticas colgando por debajo de la barra. ¿Cómo iba a ver nadie a esas horas?
-Lucía, creo que hemos venido demasiado pronto.
-Sí, es que no damos una.
Poco a poco la discoteca se fue llenando de gente. No tardamos en descubrir los códigos.
Cogimos nuestras copas y nos sentamos en unos taburetes que había alrededor de la pista de baile. La música me pierde, no puedo estar quieta cuando la oigo, era mi fiel aliada desde que me había divorciado.
Di un sorbo a mi copa y me lance a la pista de baile.
-¡Hola, bailas muy bien!
-¡Gracias!
-¿Vienes mucho por aquí?
-¡Es la primera vez!
-¿Cómo te llamas?
-¡Qué dices!
-¡Qué cómo te llamas!!!
-¡Lucía! ¿Y tú?
-¡Fernando!
-¿Te apetece salir a fumar un cigarro Lucía?
-¡Sí!
-Clara, voy a salir fuera a fumarme un cigarro.
-¿Quién es ese con el que estabas hablando que no te quita los ojos de encima?
-Pues uno que me ha preguntado cómo me llamo, ¡ag!
-¡Qué morro tienes!, ¡ya has ligado!
-No, pero el tío está que te mueres; voy a charlar un rato con él fuera.
-¡Lucía, si te vas con él me das un toque!
-Clara... solo voy a fumar un cigarro a la puerta.
¡Guau! La primera noche que salgo a bailar y un hombre se había fijado en mí. Calculé que tendría mi edad más o menos; vestía una camisa rosa pálida, pantalón vaquero y una chaqueta azul marino que desató mis hormonas. Estuvimos hablando el tiempo justo que da consumir un cigarrillo.
-Me gusta cómo te mueves cuando bailas, ¿vas a clases de baile?
-No, simplemente me dejo llevar por la música.
-¿Has venido sola?
-No. Nunca salgo sola a bailar; estoy con una amiga. Y tú, ¿vienes mucho por aquí?
-Sí, casi todos los fines de semana; ven pasemos dentro que aquí hace fresco.
Me tocó la cintura y me sacó a bailar, abrazados. Segundo envite a mis hormonas.
¡Socorro!. No sabía bailar así, agarrados uno del otro; lo más que había sostenido en mis manos cuando baila en casa sola era el palo de la fregona. ¡Pisotón al canto!
-¡Lo siento! No sé bailar agarrado.
-¡No te preocupes encanto, tú déjate llevar por mí!
-¡Perdona, te volví a pisar!
Cuando la música cambio de tercio, sentí un gran respiro; aproveché para dar un trago a mi Gin-Tonic y hablar con Clara, en el aseo, por supuesto.
-¿Qué te ha dicho?
-¡Uff!, hemos hablado poco, pero cómo me pone su chaqueta
-¿Cómo?
-Cuando me ha sacado a bailar y me ha cogido por la cintura, yo he puesto las manos sobre su chaqueta, me ha dado de todo.
-¡Explícate mejor, guapa, no te entiendo!
-¡Pues que el tacto de su chaqueta en mis manos me excita!, ¿te has enterado ya? Y la fuerza con la que me agarraba de la cintura... uhm.
-¿Te vas a ir con él esta noche?

-Clara, no me voy a ir con nadie; hemos salido juntas a bailar y juntas volveremos a casa. El Chaquetas será mío la próxima vez.


 Emilia Díaz Banda

Fotgrafía .
Pilar Escamilla Fresco

No hay comentarios:

Publicar un comentario