EN LA EXPOSICIÓN DE MUJERES POETAS Y ARTISTAS PLÁSTICAS "GRITO DE MUJER" "FLORES DEL DESIERTO"
MADRID 4 DE MARZO DE 2016
No es el plano
estético ni la belleza de un ángulo facial lo que busco cuando me enfrento al
lienzo, ni ello tiene demasiada importancia porque sé más de lo que no busco
que lo que busco. Lo que realmente me sorprende y me motiva es lo que encuentro
cuando mi mirada se cruza con otras…o, ¿son ellas las que me encuentran? No sé.
He pretendido esbozar las miradas de esas mujeres que no tienen voz; incluso he visto algunas que ni siquiera tienen
rostro, y otras que ni siquiera existen.
¡Seguramente mi
próxima meta será pintar a mujeres invisibles!...podría ser la culminación de
esta obra y un gran reto, pero eso… ¿Cómo se hace?
Hoy están aquí
a un lado de la pared las que luchan por existir y quieren mirar, pueden mirar,
deben mirar, incluso aunque a las más
temerosas haya que robarles la mirada.
Nos miran con
miradas abiertas, penetrantes, febriles, generosas, conmovedoras; en un
silencio elocuente que lanza el grito
profundo de la tierra acallado en su mutismo de siglos de sumisión, de
incomprensión, de soledad, de aceptación de lo inaceptable, de renuncia a su
propio yo.
Sus miradas
explícitas logran por si mismas que nos avergoncemos de mirar hacia otro lado y que nos sintamos
cómplices de sus tragedias, como la de Safiya que estuvo a punto de ser
lapidada o como el tema de las “niñas madre”,
que desde muy pequeñitas tienen que cargar con su hermanos y ejercer de madre a todos los efectos o de
las que se ven azotadas por la guerra
como ” La mujer somalí” con la
desgarradora historia, de haber tenido que elegir a qué hijo salvar o “ La
mendiga de la calle Carretas “que carece de piernas y permanece
sentada diariamente en el frio suelo del
asfalto.
Estas son las
que sufriendo a diario la injusticia y desigualdad, luchan por defender su
dignidad como personas y como mujeres; pero para lograr algo tan legítimo, aún
les queda un largo camino por recorrer, y lo están haciendo de la mano de las
mujeres que miran desde la otra pared, con miradas menos inquietantes, más
seguras y confiadas, pues son las únicas que les pueden allanar el camino y
mostrar los atajos, porque ya lo transitaron durante siglos y al fin se
encuentran a punto de alcanzar la meta en sus últimas reivindicaciones:
¡Equiparación con el varón en salario y puestos de responsabilidad. Vida
laboral y familiar, que aún viciada por la desigualdad, hace que la mujer
trabaje muchas más horas que el hombre en el hogar y en su trabajo y la
erradicación de la violencia de género!!!...algo tan utópico para tantas
mujeres.
Pero todas
ellas capaces de transformarse en el mismo plano, en miradas de superación,
hacia adelante, limpias y sin atisbo de rencor ni venganza. Con la generosidad
del que ya no tiene nada más que perder, auténticas historias de superación.
Es muy
importante que nunca, nunca, dejemos de mirar… mirar para ver… ver lo que
realmente se esconde detrás de cada mirada.
Emilia
Díaz Banda
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