Lila y la mariposa
Camino a la
escuela Lila va saltando entre baldosa y baldosa
-¡Si piso
raya, piso medalla, si piso cruz, piso a Jesús...!
La sirena
del colegio suena puntual como cada mañana. Todas las niñas están formadas con su babi blanco en filas de a uno, comienza
el desfile silencioso hacia las aulas. Lila mira curiosa a su alrededor pero
sabe que si habla, la volverán a poner orejas de burra y tendrá que pasearse
por todas las aulas del colegio para que todas las niñas vean y sepan que no se
pueden saltar las normas, porque si no serán la risión y humillación de las
demás compañeras. Y el estribillo será el mismo
¡Lila es una
burra! ¡Lila es una burra! ¡Burra charlatana!, pero ella sigue en silencio hasta llegar a su
pupitre, el último de la clase, el del rincón de las burras.
La maestra
tarda unos minutos en llegar…Lila ha salido corriendo hacia la ventana, sin
preocuparse si pisa cruz o raya, ha visto una mariposa blanca y quiere cogerla.
La mariposa revolotea entre las demás niñas, hay un tremendo algarabío en la
clase.
¡Es mía!,
¡No, yo la vi antes!
Lila está
inmersa en el vuelo de la mariposa, no ha reparado que hay un silencio mortal
en la clase. Doña Lourdes ha hecho acto de presencia, pero ella sigue gritando
a la mariposa
¡Mariposa, ven, ven…quiero ser tú amiga! ¡Ven!
¡Las burras
charlatanas como tú, no tienen amigas!
El grito de
la maestra paraliza a Lila, sabe cuál será su castigo por infringir las normas
o ¿Tal vez no…?
Doña Lourdes
saca su regla de madera del cajón de su mesa, mientras ordena a Lila que se arrodille
con los brazos en cruz y las palmas de las mano abiertas hacia arriba,
dirección al dolor.
La va a
pegar otra vez, murmuran las otras niñas
¡Silencio! ,
grita la bestia. El sonido del impacto de la regla es tan fuerte que se ha
partido en dos, pero Lila no ha sentido dolor en sus manos.
¡Lila, coge la mariposa y tírala a la papelera!
¡A clase se viene
a aprender, no a perder el tiempo mariposeando!
Lila rompe a
llorar, en silencio, este castigo la hará callar para siempre.
Emi y sus colores.
Antes, en la educación "la letra con sangre entra" era del dominio de los profesores.
ResponderEliminarLo que ahora denominamos acoso escolar, existía de siempre. Me ha sobrecogido tu relato, y apenado.
Un abrazo.